Hay ocasiones
Donde la vida no es más que un laberinto absurdo
Sin más salida
Que una mujer desnuda sentada en el centro
Que aburrida y desalentada
Piensa en cambiarlo todo
Sin darse cuenta
Que ella misma es el laberinto
Piernas, labios, senos, gritos
Vuelvo a estrellarme a cada vuelta de tuerca
Y a sentir más ajeno el laberinto
¡Mi propio laberinto!
El que me vio nacer un día
Y morir por a poco todos los demás
Despierto de la irrealidad material
Tras una extraña copula en el laberinto
Donde, con la mujer
Nos fundimos y fuimos uno, dos
Cien, Mil
Toda la Humanidad
El cosmos
Todo y nada al mismo tiempo
Y luego
nuevamente el silencio
A veces
La vida es un enmarañado espejo
Cuando amas, te amas
Cuando odias, te odias
Cuando sales del laberinto
Entras inmediatamente en otro
Y si vuelves a entrar al primero
Significa que no saliste jamás del segundo
Sin embargo
Aun es bello, ver el amanecer desde el
laberinto
Ven
Ven
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