Repetía puertas y lumbreras
Para seguir intacto en su modestia
Anestesiaba con persianas negras
Rubores intensos e incómodos
Que surgían tímidos al asomarse a sus adentros
Él no se permitiría jamás
Ser devorado en publico
Paso siglos construyendo objetos
En una masturbación mental permanente
Imitando el reloj divino
Lanzando perpetuo papel picado
Encendiendo luces rojas al pasar
Mirando siempre el abismo de reojo
Al llegar a casa
Intentaba arrancar sus mascaras
Pero solo conseguía
Lanzar espuma y sangre por los ojos
Rueda y rueda
Animal pujante de escapes
Rueda rodante
Con ruedas de lunas y trances
Buscas un mapa en el que no crees
Y el papel picado ya no alcanza
Para tapar todo el vació de tus actos
Rueda, rueda por los siglos
Mirando siempre el abismo de reojo