28 septiembre, 2012

Nieve en navidad




Tarde lenta y suave, observando por la ventana el camino de las hojas que el viento botaba con furia. "Qué raro que llueva en esta época", me comentó Eduardo, mientras terminaba de armar el rompecabezas.

Me demore mucho en responder, mi mente de niño estaba en algún lugar lejano que ya no recuerdo. "¿Te imaginas que nevara?" le dije y ambos reímos pensando en películas y especiales de dibujos animados.

Al rato nos mandaron a comprar pan. Salimos y vimos como comenzaban a caer lentamente los copos blancos desde el cielo gris. Nos miramos en silencio y reímos largo rato saltando como locos.


Así fue como mi amigo y yo hicimos nevar aquella Navidad en Santiago.

20 septiembre, 2012

Los hombres de blanco




Los hombres de blanco
¿Entraran también, en un futuro lejano, triunfantes en nuestras tumbas buscando la respuesta de algo que ya no es?
¿Encontraran explicaciones, analizando nuestros huesos semi-desechos en frías salas de luz, a lo que pudieron ser nuestros pasos y formas de vivir años atrás? 
¿Leerán y analizaran esas letras toscas pintadas en paredes derrumbadas interpretándolas como parte de una jerga paralela?
¿Se reirán de nuestra religión creyéndola primitiva y la sustituirán luego por un aparato multipropósito?
¿Nos creerán locos por haber propiciado esta autodestrucción o admiraran nuestros avances meteóricos?
Todas los hombres han creído vivir en la época moderna, todos los hombres consideraron antigua la era anterior a la suya, todos los hombres creyeron vivir en el desarrollo máximo y cumbre de la civilización.


Cuidado.

10 septiembre, 2012

Sueños amarillos



Ella brincaba ágilmente de una a otra ola
Con sus sueños al viento sacaba sonrisas al mar
Reía, lloraba, reía, volaba
Miraba oteando el horizonte, como quien acecha atenta una presa inminente en el destino

Con una sonrisa clara que recordaba el río de su infancia
Recolectaba frutos para el invierno
Juntaba las últimas piezas de su rompecabezas
Coleccionaba sueños amarillos que iba pegando en su muralla

Iba aprendiendo a domesticar sus demonios
Mientras sus colores tomaban un brillo resuelto

Ya sus cicatrices se habían confundido con el universo de tanto mirar a través de ellas
Y sus raíces vueltose ágiles de tanto apuntar al sol
En el fondo 
Sabía que tras las nubes estaba la amistad consigo misma

Buscaba un espejo del mundo donde bailar a sus anchas
Construía sus sueños amarillos con material incendiado
Calmaba su sed bebiendo gotas de lluvia del cuerpo de su hombre

Ella
Venció por fin su temor antiguo
Reconociéndose completa en el amor