20 diciembre, 2010

Los ochenta y uno




Una chispa en el cerebro del hombre
Generando un sueño de desahogo
Un simulacro de infierno hecho realidad
Liberándose en fuga ardiente de las manos sucias

Rómpete el cráneo entre barrotes de miseria
Los pasajes del odio te criaron entre mugre
Tú nunca has sido libre
Esclavo de tu destino violento
Lobo desconfiado mordiendo todo lo que se acerque

Esas manos cargadas de historias
Se aferraron por última vez a los barrotes
Y no pudieron soltar nunca más
Las llamas negras de nuestra ira vengativa

Para el mundo no eres hombre
Eres una cifra, un tumor social, un peligro y ahora un alivio
Pero hay que ser muy ciego
Para no ver que esto demuestra
Que todo está absolutamente mal

¿Cuantos panes hay en el horno?
Ochenta y un quemados
¿Quién los quemo?
A quién diablos le importa

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