30 julio, 2014

Inconsecuencia 2.0



Todas las mañanas, mientras camino al trabajo, veo a un tipo durmiendo en la misma posición, en el mismo lugar, en la misma calle. Solo se le ven los zapatos sucios y un poco de pelo enmarañado bajo la frazada. Ni siquiera tiene colchón; llegada la noche simplemente se recuesta sobre el pavimento del invierno santiaguino y se cubre con una frazada vieja y deshilachada que alguna vez fue blanca. 

Los ciudadanos normales pasamos a diario por ahí, apurados rumbo al trabajo y a veces ni siquiera lo miramos, porque ya es parte vinculante del paisaje de nuestra ciudad. Por ejemplo, al frente de su lugar de durma hay una portentosa Iglesia Colonial con sus puertas semiabiertas y sus propios mendigos, ya levantados a esa hora estirando la mano por una moneda que les ayude a callar la tripa. 



Si vuelven los crudos fríos del invierno, es muy probable que el tipo de la acera cualquier día de estos muera frente a nuestras narices, quizás en el mismo momento en que uno de nosotros pasa por ahí, pensando en como redactar su acido post en facebook donde criticará las crueles matanzas al otro lado del mundo.

28 julio, 2014

Cadáver Enemigo (Triología de la Infamia I)



Los ladridos avisan nuevamente tu presencia
De tanta oscuridad  perdí la noción del tiempo

Espero temblando  aquel sonido en la puerta
El olor amargo de tu respiración se acerca

Juego a imaginarme tus formas en la penumbra
En la soledad te pinto con mis angustias


No
No quiero más este encierro
Mientras más lo pienso
Menos sé que hago en este lugar

Nooooo, no no no
No quiero más este encierro
Mientras más lo pienso
Menos sé que hago en este lugar


No espero compasión
Ni arrepentimiento
Pero sé que cometerás un error en algún momento

Atado a esta cama
Vendado por completo
Rasguño las tinieblas  
Es el abismo hecho lecho

Larga noche eterna
Rebanándome los sesos
Ocultando el miedo
Encerrando gritos secos


No sé bien como pasó
Pero afuera de nuevo estoy
Encandilado
Por la luz del olvidado sol

Cargo en mis recuerdos
Un secreto nuevo y tibio
Sigue tras mis pasos
Como un cadáver enemigo

Solo vi tu rostro
Una muy rápida vez
Pero esos ojos suplicantes
Nunca los olvidaré