09 febrero, 2017

La grandeza de caer

Resuenan pasos sucios
Que antes no vi venir
Sombras insepultas
Polvo en los ojos

Cuesta entender
Que no hay fórmulas
Senda que seguir
Ni lástima que sentir

Nuevas sombras olvidadas
Cubren la ciudad sin cielo
Los ojos del abismo
Te guiñen ecos al pasar

No tengas miedo no
Somos solo un pasar
Un fruto del abismo
Un descuido del sol

Abrazo los azares
Con toda mi humanidad
Los tejidos humanos
En que voy quedando atado
La simpleza de olvidar
La grandeza de caer
La conciencia de estar de paso

Burros incompletos

Burros incompletos con aires de fastidio
Perdidos sus rostros bajo nubes de angustia
Palpitan sus muñones de alas sangrantes
Bichos antropomorfos con sus ojos caídos
Besan peces impasibles en piezas frías
Construyen ambiciosos su paraíso artificial

Sensualmente firmes al presente 
Se sacuden fuerte las hojas secas del cabello
Hasta arrojar todos los pulpos muertos de su boca
Te vi
Tienes una mujer pez encerrada en una roca
Solo sabe gritar hacia dentro 
Y de este grito van naciendo nuevos gritos
Hasta alcanzar el descontrol de los sentidos
Un torbellino incansable 
Un robot sin corazón dirigiendo las acciones

Colonias de pájaros ciegos acampando en tus ideas 
Masticando las migas dulces que dejaron tus fracasos
Riendo incrédulos por la salvación de su plumaje

La imagen anticipada de tu legado a este planeta

Vienes caminando con un secreto tierno en las mejillas
Traes el rosáceo eco de una sonrisa aletargada
La nobleza firme de tu sinceridad asustadiza
Un silencio inquieto de raíz en vigila

Pero vuelves siempre la mirada hacia las rocas destrozadas
siempre














El éxtasis de Dios

Pierdes el tiempo acechando la salida
Los muertos no pueden hablar
y los fantasmas aburridos no quieren moverse de sus sitio

Pierdes el tiempo disparando hacia las nubes
El éxtasis de Dios es el aliento de una vieja maquina oxidada
Rescatada por los astros, por los hombres olvidada
Refugiada intacta bajo la sombra del olvido

El el centro de esta sombra se encuentra una rosa azul
Huele a cenizas de antepasados
A ritos de sangre convertidos en danzas
A sueño derretido entre los dedos de esta locura
Fue sembrada por un suspiro pasajero
Justo entre los caminos que no tomaste y los vasos que dejaste a medias