Ella brincaba ágilmente de una a otra ola
Con sus sueños al viento sacaba sonrisas al mar
Reía, lloraba, reía, volaba
Miraba oteando el horizonte, como quien acecha atenta una presa
inminente en el destino
Con una sonrisa clara que recordaba el río de su
infancia
Recolectaba frutos para el invierno
Juntaba las últimas piezas de su rompecabezas
Coleccionaba sueños amarillos que iba pegando en su muralla
Iba aprendiendo a domesticar sus demonios
Mientras sus colores tomaban un brillo resuelto
Ya sus cicatrices se habían confundido con el
universo de tanto mirar a través de ellas
Y sus raíces vueltose ágiles de tanto apuntar al sol
En el fondo
Sabía que tras las nubes estaba la amistad consigo misma
Sabía que tras las nubes estaba la amistad consigo misma
Buscaba un espejo del mundo donde bailar a sus anchas
Construía sus sueños amarillos con material incendiado
Calmaba su sed bebiendo gotas de lluvia del cuerpo de su hombre
Ella
Venció por fin su temor antiguo
Reconociéndose completa en el amor
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