Apatía de invierno

De donde vienen las pisadas aceleradas que me cierran el paso
De donde los puños cerrados que ríen
Que roen escondidos en bolsillos amarillos
Y que aparecen en el momento justo para acobardarme

Yo vi brillantes trenes subterráneos disparando horas angustiantes a los transeúntes
Las ruedas de los otros cayendo una a una sobre la desolación de las plaza vacías.
(Perdí el silencio en uno de esos carros); La apatía de invierno mordiendo los pezones huerfanos
Alojándose en los bolsos de los durmientes, subiendo por las corbatas e ingresando por las cuencas de los usuarios
Trasladándose en calma a hogares pulcros
Sentándose a la cabecera de la mesa familiar, bebiendo tu sopa
Arrastrándose cauta hasta el dormitorio de tus hijos
Acechando quieta bajo la almohada del niño

mur mu ran do le co sas que tu no le con ta rias